Tartamudeas al escribir
Fíjate en esto que dijo Maxwell Maltz:
«Si somos conscientemente supercríticos con respecto a nuestra dicción, o si nos excedemos en tratar de evitar los errores en vez de reaccionar espontáneamente, lo más probable es que acabemos tartamudeando».
Eso hablando, claro. Y escribiendo también.
Lo que pasa es que, escribiendo tienes la ventaja de que puedes corregir. Entonces, claro, cuando ves que en vez de cuando has puesto cucucuando, lo corriges.
Pero el problema del tartamudeo no es tanto la repetición de una sílaba. El problema del tartamudeo es que no fluye, lo que dices no se entiende, no funciona, o en todo caso su funcionalidad es como la de un serrucho al que le faltan dientes y se engancha a mitad de cada serruchada.
Fíjate qué más dice Maxwell:
«La conversación solo fluye si las personas participan sin quedar exhaustas por el esfuerzo que se imponen para desenvolverse con perfección, o sea, cuando olvidan sus escrúpulos y quitan los frenos a sus corazones y dejan que sus lenguas se muevan tan automática e irresponsablemente como sus voluntades les sugieran»
Eso te arroja a una especie de círculo vicioso: Si no tienes soltura, no te sueltas, y si te sueltas la hostia de realidad que te llevas hace, que, la próxima ya no te sueltes.
¿Y la solución? Pues en eso de hablar, cómo mucho puedo darte alguna molesta opinión, yo no lo llamaría solución.
Lo que tengo claro es que, para funcionar, se ha de parecer bastante a lo que logras escribiendo después de leer y olvidar este libro: